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domingo, 2 de agosto de 2009

Phelps humilla a los bañadores

Michael Phelps se había quedado sin hombres a los que podeer retar a correr en una piscina. Les había ganado a todos. Tras coronarse en los Juegos de Pekín como el mejor nadador de todos los tiempos, los Mundiales de Roma le proporcionan una oportunidad inesperada de diversión. Sólo tiene 24 años. Pero ahora, lo que le estimula de verdad es derrotar bañadores. Machacar máquinas de última tecnología. Destruir tejidos hidrófilos. Ser más acuadinámico que el teflón.

Por razones culturales, Estados Unidos es una fábrica natural de individuos que, más que amar la velocidad, aman ser más rápidos que otros. Fernando Canales, viejo campeón portorriqueño de la Universidad de Michigan, ahora miembro de la expedición estadounidense, trabajó con Phelps entre 2004 y 2008 en Ann Arbor. Le cogió mucho cariño. "Ees un gran muchacho", dice. Cuando le piden que lo defina no duda: "Michael es un tiburón. Se sube al poyete de salida y es un tiburón".

El viernes, el tiburón ofreció una conferencia de prensa en la sala de mármol del complejo del CONI, famosa obra impulsada por Benito Mussolini, junto a la piscina donde se celebrará el Mundial. Cuando le preguntaron por el asunto de los bañadores, Phelps habló con la calma que caracteriza a los depredadores del extremo de la pirámide alimenticia: "Si alguien que lleve este bañador me gana una carrera, me pondré diez veces más hambriento que antes. Me motivaré más para que no vuelva a ocurrirme".

Dicen en el equipo americano que "Phelps está de vacaciones". Ha dejado de competir en los estilos y se le ve relajado. Sólo nadará tres pruebas individuales: 100 y 200 metros mariposa y 200 metros libre. En los 100 metros mariposa se medirá al español Rafa Muñoz, que en marzo amenazó con batir el récord mundial con uno de esos bañadores, el Jaked, que ponen de tan mal humor al estadounidense. Hoy empezará el festival con la final de los relevos de 4x100. Allí Phelps, integrante del equipo que ganó el oro en Pekín, volveerá a correr contra el cuarteto francés, íntegramente embutido en tejidos recubiertos de plástico impermeable. Será la primera gran batalla naval tecnológica de estos Mundiales. Que aproveechen los curiosos. Si la FINA no da marcha atrás, el año que viene todos volverán obligatoriamente a nadar con taparrabos.



Phelps se lleva cinco oros del mundial de los bañadores y los récords


Roma, 2 ago.- Michael Phelps m cerró hoy con su quinto oro, esta vez en los relevos 4x100 estilos, el Mundial de Natación de Roma 2009, que pasará a la historia por la polémica de los bañadores de última generación y por la influencia o no de estas prendas en la ingente cantidad de récords del mundo batidos.

El nadador estadounidense, ocho veces campeón olímpico en Pekín 2008 y seis en Atenas 2004, fue de menos a más en un campeonato en el que el de Baltimore comenzó con una discreta actuación en el oro de su equipo en el 4x100 libre de la primeera jornada y en el que llegó a ceder el oro al alemán Paul Biedermann en la final de los 200 libre el tercer díaa.

Voluntaria o involuntariamente, Phelps fue protagonista de un Mundial een el que disputó menos carreras de las que hizo en Pekín, después de un año complicado y een el que supo aguantar la presión de los oros exigidos para terminar despegando y acumular cinco oros y una plata.

Los máximos metales alcanzados por el estadounidense fueron los obtenidos een las finales de los 100 y 200 metros mariposa, así como en los relevos 4x100 y 4x200 libre y 4x100 estilos, una prueba, esta última, que puso el cierre a más de dos semanas de competiciones en las piscinas del Foro Itálico de Roma.

Precisamente esta última final fue la que puso la guinda al Mundial de Roma con un nuevo récord del mundo, el que Estados Unidos batió por más de dos segundos al registrar un tiempo de 3 minutos, 27 segundos y 28 centésimas.

El equipo estadounidense pulverizó su propio mejor tiempo del mundo (3.29:34) establecido en los pasados Juegos Olímpicos de Pekín 2008, un nuevo récord para un Mundial que pasará a la historia por las 43 plusmarcas mundiales que se han batido.

Esa cifra de récords del mundo logrados supone un hito en la natación, algo que nunca antes se había producido en un Mundial desde que comenzaron a disputarse en Belgrado en 1973.

Y todo en medio de la polémica que ha traído a Roma la presencia de los llamados bañadores de última generación, hechos con poliuretano, que la Federación Internacional de la Natación (FINA) ha decidido prohibir para 2010, fecha para la que las prendas de nado deberán ser de material textil.

La controversia de los bañadores, que parecieron dar alas a los nadadores, marcó además la única medalla que no es de oro que Phelps se lleva de este campeonato, la plata en los 200 metros libre, que logró por detrás de Biedermann, que lucía una prenda de última generación frente al habitual Speedo del estadounidense.

"No importa el traje (de baño) o la talla", dijo Phelps ayer sábado después de concluir la final de los 100 metros mariposa con su cuarto oro bajo el brazo y un nuevo récord del mundo.

Y con tal cosecha de récords, la última jornada de natación en Roma no podía quedar fuera de la lluvia de plusmarcas caída en medio del sofocante calor de un Mundial de Natación que se ha celebrado al aire libre a finales de julio y principios de agosto, para desgracia de aficionados y cronistas.

En total, cuatro fueron los nuevos récords del mundo que se batieron este domingo: 50 metros espalda masculino (Liam Tancock, 24.04), 50 metros braza femenino (Yuliya Efimova, 30.09), 50 metros libre femenino (Britta Steffen, 23.73) y reelevos 4x100 estilos masculino (EEUU, 3:27.28).

Y si Phelps fue uno de los grandes protagonistas del Mundial de Natación de Roma 2009, no menos lo fue el brasileño César Cielo, quien dio a su país (cuatro medallas en total) los dos únicos oros cosechados en la competición en las finales de 50 y 100 metros libre, confirmándose como el gran velocista de la piscina.

Después de más de dos semanas de pruebas, todo vuelve o volverá a su punto de origen, como si este tiempo no hubiera sido más que un paréntesis de récords deeel mundo: los bañadores serán textiles y Michael Phelps seguirá siendo el mejor nadador. Así, al menos, lo certifica el trofeo que la FINA le entregó hoy en la clausura.

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