Mayo 23, 2007 @ 12:32
El impacto de los humanos en el medio natural es significativo y sigue creciendo. Actualmente hay más de 6,000 millones de personas en el planeta, y probablemente sean 9,000 a mediados de siglo.
Cada una de estas personas tiene el derecho a agua limpia, alimentos, refugio y energía, lo cual tiene profundas implicaciones ecológicas, que irán a más, pues esta población creciente se traducirá en una demanda sin precedentes sobre la capacidad productiva del planeta. En estos momentos, la demanda global de recursos ya excede la capacidad biológica de la Tierra, que puede renovarlos en un 20 por ciento.
El apetito por los bienes de consumo y servicios por parte del segmento más privilegiado de la sociedad está exacerbando la presión sobre la Tierra, con consecuencias para todos. Si la presión demográfica y los niveles de consumo aumentan, la biodiversidad decrece, y la habilidad del mundo natural para continuar aportando bienes y servicios de los que depende la humanidad se irá debilitando cada vez más.
Al límite de la capacidad
Esto es lo que ha venido ocurriendo hasta ahora, pero el cambio climático pondrá al límite la capacidad de los ecosistemas para proporcionar bienes y servicios a la sociedad, a demás de los impactos mismos sobre los sistemas y especies naturales. Por eso, el Día Internacional de la Biodiversidad, que se celebra hoy auspiciado por Naciones Unidas, gira en torno a la «Diversidad biológica y cambio climático».
«La diversidad biológica es lo que sostiene la vida en la Tierra, pero estamos a las puertas de la sexta mayor extinción masiva de especies de la historia del planeta», según el secretario ejecutivo del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) de Naciones Unidas, Ahmed Djoghlaf. En vísperas de la celebración hoy del Día Internacional para la Diversidad Biológica, Djoghlaf subrayó que el cambio climático crea condiciones a las que la flora y la fauna no pueden responder con suficiente rapidez. A su juicio, la pérdida de especies agravará el calentamiento global en un círculo vicioso. Según la tendencia actual, un 30 por ciento de todas las especies conocidas desaparecerán antes de que finalice este siglo.
Un declive continuo
La Lista Roja de especies amenazadas 2006 de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) ya revelaba nítidamente el continuo deterioro de la biodiversidad del planeta y el impacto que tiene la humanidad en la vida sobre la tierra.
El número total de especies oficialmente declaradas extintas es de 784, y a otras 65 solamente se las puede encontrar en cautiverio o en cultivo. De las 40,177 especies evaluadas, 16,119 figuran en la lista de especies amenazadas con la extinción. Esto incluye a uno de cada tres anfibios y a una cuarta parte de los árboles de coníferas del mundo, además de una de cada ocho aves, y uno de cada cuatro mamíferos conocidos está en peligro.
Por todo el planeta
Todo indica que el oso polar será una de las víctimas más notorias del calentamiento global. El impacto del cambio climático se siente cada vez más en las regiones polares, donde se prevé que el hielo marino del verano se reducirá entre un 50 y un 100 por ciento en los próximos 50 a 100 años. Se pronostica que la población de osos polares, que dependen del flujo de hielo ártico para la caza de focas y que están especialmente adaptados a la vida en el ambiente marino ártico, sufrirá una disminución del 30 por ciento en los próximos 45 años.
El oso polar, que anteriormente figuraba en la lista de la UICN como una especie dependiente de la conservación, se encuentra ahora clasificado como vulnerable.
La huella global que la humanidad deja en el planeta abarca hasta regiones que parecen estar muy alejadas de la influencia humana. Los desiertos y zonas áridas aparentan estar relativamente intactos, pero sus animales y plantas especialmente adaptados también se encuentran entre las especies más raras y amenazadas.
Lenta pero inexorablemente, casi sin que nadie lo note, los desiertos se están quedando sin su vida silvestre diversa y especializada.
Un nuevo componente clave de la Lista Roja de especies amenazadas 2006 es la primera evaluación regional integral de algunos grupos marinos. Los tiburones y las rayas se encuentran entre los primeros grupos marinos evaluados sistemáticamente, y el 20 por ciento de las 547 especies que figuran en la lista está amenazada con la extinción. Esto confirma las sospechas de que estas especies de crecimiento lento son particularmente susceptibles a la pesca excesiva y están desapareciendo en todo el mundo a un ritmo sin precedentes.
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